¿QUE ES EL SEXO?

El sexo es una pequeña parte de la sexualidad. Forma parte de ella. Se lo puede identificar como el encuentro sexual entre dos personas, del mismo o distinto género. En el sexo entran dimensiones de la sexualidad como la afectiva y la erótica. También hay un sustrato que tiene que ver con los valores y la forma de concebir la sexualidad y los afectos.

¿Según este enfoque, en qué radica la diferencia entre los hombres y las mujeres?

Los hombres y las mujeres somos distintos. No por naturaleza, sino por la formación cultural. Llevamos la vida de forma distinta. Hay también muchos problemas de inequidad, de la valoración entre lo masculino y lo femenino, que se inclina más hacia lo masculino.

¿Y cómo se puede reflejar eso en el encuentro sexual?

Hay muchos casos en que las mujeres consideramos más los aspectos afectivos que los hombres. No quiere decir que para los hombres no sean importantes, sino que tiene que ver mucho con la cultura. La forma de responder entre hombres y mujeres es distinta. Hay que entender, por ejemplo, que las mujeres son multiorgásmicas y los hombres no. Otro punto de diferencia sería que las mujeres no tenemos lo que se denomina período refractario (después del orgasmo, es el tiempo que tarda el pene a volver a tener una erección).

En la actualidad ¿cuáles son los parámetros de una sexualidad sana?

Hoy en día, todo debe ser visto desde un cambio de paradigma de cómo se piensa la sexualidad ahora. En un encuentro sexual, hay que tener en cuenta cómo se puede negociar la protección. La responsabilidad implica un cuidado mutuo. El ejercicio de una relación sexual segura, afectiva, mutua, sin violencia, donde no hay coerción, donde se acepta la necesidad de protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Antes, la sexualidad se la pensaba ligada a la reproducción. O a un período de la vida, entre los 15 a 45 años.

¿Cómo se expresa la sexualidad en los niños? ¿Desde qué edad la viven?

Se expresa a través de afectos, de fantasías. A lo largo de toda la vida, pueden haber relaciones afectivas muy profundas que pueden denominarse “amor”. Desde los siete a ocho años, ya hay enamoramiento y el despertar de la sexualidad. Toda la vida las personas viven su sexualidad.
También las personas de la tercera edad...

Si bien, puede cesar el funcionamiento coital, la sexualidad de una pareja no se restringe únicamente al encuentro sexual. Hay una gran cantidad de manifestaciones, como besos, abrazos, caricias mutuas, cuidados, todo eso forma parte de la sexualidad. También habrá una forma distinta de relacionarse con su pareja.

Hay personas que deciden vivir sin sexo. ¿Es posible hacerlo?

Pueden vivir sin sexo, pero no sin sexualidad. Está en sus afectos con otras personas, en el cuidado de su cuerpo. Tal vez no tengan relaciones coitales, pero tienen sueños, pensamientos, fantasías. Todo eso es sexualidad. No hay manera de quitarnos el traje de la sexualidad.

Durante toda la vida de una persona ¿existen ritmos donde la sexualidad es más intensa que en otros tiempos?

Sí existen períodos en que las personas tienen más actividad sexual. Dependen, en parte, de aspectos biológicos. Pero no es mayor o menor intensidad sino “diferencia” de cómo se va a manifestar. El mayor o menor grado dependerá de la persona.

En la vida en pareja ¿qué tan importantes son los encuentros sexuales?

Depende. Hay parejas para quienes es central la relación sexual. Hay parejas para quienes es secundario. Pero hay que hablarlo, porque uno de los problemas es cuando una persona tiene más intensidad sexual. Lo que no vale es la coerción: obligar al otro. Todo tiene que ser enmarcado en los derechos humanos y en los derechos sexuales. En la libertad y el respeto.