lunes, 26 de enero de 2009

QUINTO CONSEJO PARA AUMENTAR EL DESEO SEXUAL



Esta tarea consiste en crear consciencia de que el arte amatorio es mucho más que la simple y llana penetración. El amor y la pasión son senderos infinitos que conllevan múltiples posibilidades de abordaje y desarrollo. El objetivo de esta tarea es ampliar tu repertorio de conductas sexuales, que vayan más allá del coito mismo.

Hazle el amor a tu pareja con las manos, con la boca, de pie o sentado. Date cuenta de que existen tantas posiciones sexuales como pueda concebir tu imaginación erótica.
Pueden besarse exclusivamente en la boca con tal intensidad que el deseo crezca y culmine en sensaciones orgásmicas, en las cuáles el pene no tenga nada que ver. Lo dejaste fuera de la escena pues no hubo penetración.

Acaricia el clítoris de tu pareja con delicadeza y armonía, prolongando la excitación, demostrándole que no tienes prisa. Que nada te preocupa y, por tanto, puedes dedicarle todo el cuidado y el tiempo. Oleadas y más oleadas de placer que van y vienen, estimulando el clítoris, y que pueden conducir a un intenso orgasmo clitórico en el cuál tampoco el pene tiene nada que ver.

En lo que se refiere al pene, éste también puede ser masajeado, besado y succionado con la boca. Sacar al pene de la escena se refiere en esta ocasión, exclusivamente a no realizar la penetración. Por tanto, puedes acariciar el pene de tu pareja con movimientos masturbatorios, con la firme idea de que él eyacule, de proporcionarle el placer que se deriva de un continuo estímulo digital (mano) y oral (boca).

En el caso de la estimulación oral, puedes hacerlo directamente en el escroto, “la bolsa” que cubre los testículos, y la caricia bucal la puedes extender al tronco del pene, aprisionándolo con los labios, sin morderlo con los dientes, y así sucesivamente hasta llegar a la gran eyaculación, en la que, nuevamente, el coito no tuvo que ver. No hubo penetración.

También pueden besarse mutuamente los senos, los pectorales, las ingles y el resto del cuerpo, erotizándose con tal calidad que ambos terminen profundamente relajados. Después de haberse amado así, pueden descubrir juntos que la idea de la penetración se interpone y evita recorrer todas las zonas erógenas del cuerpo, esas zonas que al ser estimuladas ofrecen una respuesta de placer.

Saca al pene de escena. No dejes que penetre, y obtendrás así resultados extraordinarios: un mayor control de tu reflejo eyaculatorio, sin embargo considera que ésta no es la técnica a seguir para remediar el caso de la eyaculación precoz. Si sacas al pene de la escena, se ampliarán tus opciones de expresión erótica y ya no te limitarás sólo a una expresión sexual de penetración.

Si no penetras a tu compañera, descubrirás que ella es mucho más que un orificio, es un ser humano completo tanto fuera como dentro de la cama. Podrás verla y disfrutarla en su totalidad y no sólo parcialmente.

Además, tu concepto de hacer el amor se va a ampliar permitiéndote comprender que el órgano sexual más extenso que tenemos todos los seres humanos se llama piel y que el más importante se llama cerebro. Desde tu cerebro y tu piel, provócale a tu pareja un intenso orgasmo sin necesidad de penetrarla.

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