jueves, 22 de enero de 2009

TERCER CONSEJO PARA AUMENTAR EL DESEO SEXUAL

La Técnica de las Almohadas

Las reglas de etiqueta dictan: “Primero las damas”. En efecto, las damas son primero, por tanto, la mujer se recostará totalmente desnuda sobre la cama o la alfombra. Puede hacerse en cualquier habitación, pero la mujer debe estar cómoda.

Cuando la mujer se encuentre boca abajo, instalada cómodamente y relajada, él va a colocar un par de almohadas debajo del abdomen de ella y abrirá bien las piernas de su amada. Una vez que sus glúteos quedaron ligeramente levantados, el compañero comenzará a besarlos con suma delicadeza y ternura. Repasará con la boca y la lengua toda la zona glútea, subirá por la columna vertebral besando cada poro de su piel, ascendiendo y descendiendo hasta llegar a la zona del perineo, localizada entre el ano y la vulva. En el caso del hombre, el perineo está entre el ano y los testículos.
El objetivo central de esta tarea es exponer la zona glútea para que sea besada y acariciada; y al mismo tiempo estimular la ya mencionada zona del perineo, que por excelencia es altamente sensible a las sensaciones de intenso placer.

Tanto en hombres como en mujeres estas caricias pueden provocar un intenso orgasmo, sobre todo si son realizadas con la lengua.

También puedes derramar chocolate líquido en esta zona del perineo y repasarlo con la punta de la lengua hasta que se termine todo el chocolate.

A continuación besarás las ingles de tu pareja mientras dices palabras tiernas y amorosas, como por ejemplo: “te amo”, “me gustas mucho”, “te deseo, cariño”, “eres lo máximo”, “te necesito”, “tú eres mi vida”, y todo aquello que nazca de tu corazón. No olvides que cuando las palabras salen del corazón son de origen divino.

Siempre sé sincero con la expresión de tus sentimientos, no te quedes con nada adentro. Dile a tu pareja todo lo que te inspira. Prosigue besándole la parte interna de los muslos hasta llegar a sus tobillos, continúa diciéndole lo que en ese instante te inspira el contacto directo con su piel, su olor y su alma.

Termina la tarea masajeándole los pies con ambas manos, apretando los costados. Presiona cada dedo ligeramente. De la misma forma, prosigue con los tobillos sujetándolos con ambas manos, continúa hacia las piernas, sube estrujando con un poco de fuerza, sin que duela; pero sí ejerciendo una presión ligera, como si estuvieras amasando su piel. Recuerda siempre que puede haber fuerza, pero nunca violencia.

Al llegar a los glúteos, amásalos, lo mismo que las caderas, cintura y espalda. Recorre también sus clavículas, brazos y manos, entrelazando tus dedos con los suyos y apretándolos ligeramente.

Cuando termines, retira las almohadas y voltea a tu pareja hasta que quede boca arriba. Mira sus ojos. Sostengan la mirada durante unos segundos, sin decir una sola palabra. Dile con la mirada cuánto la amas. Remata el ritual de amor con dos besos, uno en la frente y otro en la boca.

La misma dinámica la harán al día siguiente, pero ahora ella es la que proporcionará todo el ritual de caricias, palabras amorosas y besos.

Él se recostará boca abajo con las dos almohadas bajo el vientre y ella seguirá todas las indicaciones que ya expliqué anteriormente.

Esta tarea les permitirá reconocer cuánto se aman y romperá cualquier posible rutina, si es que ya hubieran caído en ella y si no, les ayudará a evitar caer en ella tarde o temprano, además de garantizarles horas de profunda relajación e intenso placer orgásmico.
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