viernes, 30 de enero de 2009

SÉPTIMO CONSEJO PARA AUMENTAR EL DESEO SEXUAL



Un escenario de seducción.

La psicología ha comprobado plenamente que un cuerpo semidesnudo encierra un mayor erotismo que uno totalmente desnudo. Por ello, la tarea es comprarle a tu pareja un camisón transparente, un negligé, una tanga de “hilo dental”, o lo que te agrade a ti y a tu pareja.

Las mujeres pueden comprarle a sus esposos un par de trusas, boxers o tangas. El objetivo es que cada quien le obsequie a su pareja una prenda íntima que enmarque su belleza física, que la haga sentir bonita, atractiva, deseada y amada.
Esta tarea ofrece una variante para la intimidad, ya que puede ir acompañada de un baile exótico, el cuál se caracterizará por despojarse lentamente de la ropa, acercándose a besar a su amada o amado. Posteriormente se alejan moviendo las caderas, contoneando el cuerpo, realizando una danza sagrada de sensualidad y erotismo.

Que tu pareja desee tu cuerpo es un apapacho a la autoestima, ya que experimentas en carne propia lo importante que eres para tu pareja, que arde en deseos por abrazarte y tocarte. Además puede ir acompañado de aplausos, piropos y frases hechas como: “¡Mucha ropa, mucha ropa!”, “¡Acábalo!”, etc. En pocas palabras, dense permiso de jugar, reír y seducir.

Te recomiendo que en una primera ocasión vayas solo o sola a comprarle, con toda ilusión, las prendas íntimas que desees que luzca tu pareja, las pongas en una cajita muy sexy y en un lugar que conozcan solo ustedes, le hables por teléfono diciéndole: “Abre el clóset y busca una cajita que te dejé ahí. Es un regalo que te compré”. Dentro de la caja colocas una tarjeta diciéndole lo mucho que la amas y la deseas. Acto seguido le comentas que al llegar a casa te encantaría que tuviera puesta la prenda y que pasaran una velada sensual y romántica.

Ésa es la última parte de la tarea: la persona que porte la prenda íntima, hará también el baile y rematará haciéndole el amor a su pareja, sea él o ella. Y el otro únicamente se va a dejar querer, ni las manos va a meter. Para la próxima ocasión invertirán los papeles.

Como última recomendación y variar un poco más la intimidad, podrían ir juntos a comprar la ropa para su próximo espectáculo erótico-amoroso.

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