lunes, 23 de febrero de 2009

EL FETICHISMO Y EL SEXO PARTE II



El fetichismo mal entendido

En algunos casos, el fetichismo adquiere matices patológicos que suelen resumirse en la incapacidad del fetichista para asumir por completo a la otra persona en su conjunto, por lo cual la desmenuza, la divide y toma una parte de ella a la que eleva a la categoría de culto erótico. El fetichista enfermizo elige el fetiche como objeto de deseo porque en su individualidad puede ejercer sobre él un control completo para obtener el placer. El fetichista, en estos casos, huye de la relación, la deshumaniza para convertirla en una parte que sustituye al todo en el fin de obtener el placer sexual. Pero esta es una forma enfermiza que requiere asistencia médica.

El fetichismo divertido

Por otra parte, el fetichismo, bien entendido, puede ser una parte divertida y erótica, del juego sexual. Concentrar la atención en una sola parte del cuerpo de la pareja para agasajarla con caricias y besos, para extraer lo máximo de ella, puede ser una forma diferente y divertida de practicar el sexo. Concentrarse en besar y acariciar los pies de él o ella, es una práctica muy extendida en los tratados orientales como un modo de dar placer a la pareja.

Una de las fantasías más extendidas en Occidente es la de practicar el sexo con su pareja mientras ésta lleva puestos los zapatos de tacón, o parte de la ropa interior. Es el fetichismo cotidiano, que puede llegar a ser muy placentero. Además, si deja volar un poco la imaginación, seguro que encuentra alguna nueva forma de fetiche que no estaría mal incorporar a sus juegos de cama ¿no?

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