miércoles, 25 de febrero de 2009

REAPRENDER A AMAR



Si la pareja entiende que el problema sexual es compartido y está dispuesta a invertir tiempo en resolverlo, he aquí algunas recomendaciones.

Dedique el tiempo suficiente para que cada persona explore al otro desnudo (si es posible) evitando pechos y órganos genitales, evitando enfocarse en dar placer y concentrándose más bien en los sentimientos y sensaciones experimentados por ambos.

Después de 2 semanas, las zonas genitales y pechos deben incluirse en este ejercicio de exploración mutuo. Quizás pueda añadirse cierta experimentación con aceites corporales, polvo de talco, plumas, tejidos, etc.

Poco a poco, cada miembro de la pareja podrá ir manifestando qué caricias prefiere, hacer demandas concretas y guiar al compañero/a.

Todos estos ejercicios deben realizarse en un ambiente tranquilo y la comunicación oral debe pasar a un segundo plano, pero incluyendo el contacto genital como la parte de los ejercicios establecidos, hasta que no quede ninguna área prohibida.

A medida que pasa el tiempo, concéntrese más en los órganos genitales y trate de descubrir las sensaciones que resultan de aplicar presiones diferentes en áreas diferentes.

Mientras continúa todo lo anterior y manteniendo la prohibición en la comunicación oral, el próximo paso es la reiniciación en la copulación, permitiendo aceptar el contacto entre el pene y la vagina, sin obligarse a nada, sólo buscando una sensación placentera. Progresivamente se podrá llegar, en muchos casos, a una relación satisfactoria para ambos.

Cada pareja requiere un ritmo diferente para pasar de una fase a otra. La pareja necesita ser supervisada, estar de acuerdo las reglas y tareas programadas, tratar con cualquier problema que puede plantearse, reforzar los cambios positivos y prevenir la recaída en las fases tempranas.

Las reglas sugeridas son:

• Estar de acuerdo en la prohibición de tocar las zonas erógenas, al comienzo.

• Las sesiones comenzarán dos veces a la semana, aumentando de 20 minutos a 60 minutos tras 4 semanas.

• Al principio, sólo está permitido hablar si el tacto del compañero es doloroso o inaceptable. En caso contrario, se interpretará que el resto de las caricias son placenteras.

• Debe enfocarse la atención en la experiencia personal, no en agradar al compañero/a.

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